martes, 6 de mayo de 2008

-.Y te pregunto así.-

Directamente, ¿de qué sirve tenerte?.
De qué sirve si solo mal me traes y mal le traes a este mundo.
¿Por qué te necesito si no me das nada?
... Es la costumbre.
Mas allá donde está el trigo, ese trigo que está muriendo lentamente, ya nadie se acuerda de él.
Mas allá, está mi vida... En donde se esconde algo precioso.
¿ Por qué no te apareces?
¿De qué sirve no tenerte? Si ya no traes nada, mas que recuerdos.
Esos malos recuerdos que quedan impregnadas en tu memoria.
Ya no vale nada de esos recuerdos porque no estás.
¿Por qué exististe?, ¿a qué viniste a este mundo?
Mas allá de ese río, donde sus aguas son mas heladas que el mismo hielo
Está mi felicidad, mi olvido.
Mi olvido es mi felicidad... Mi salida es ésa. Arrancar.
¿Adónde tengo que ir?
No sé, sólo tengo claro que esta exquisita amargura no se va de mi garganta.
Y no sólo de mi garganta si no, que de mi cabeza, de mi corazón.
Llega la noche me acerco a ti, y te pregunto así, directamente
-¿Que quieres hacer?
Tu me respondes
-Quiero ser
... Así acaba toda conversación mirandonos y de nuevo me hago esas preguntas así, directamente en mi cabeza y en mi corazón.
-¿Que se siente?
-...¿No ser nadie?
- Querer ser, pero no poder serlo, porque tu destino es así.
- Mi destino no es ser así. Yo me hice mi destino, y ya no hay vuelta atrás.
- ¿Que se siente?
- No se siente nada.
-.Horror de la vida.-

Sara Vega

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